Motivación en 2018: el momento es ahora (antes de que se dispare la fuga de talento)

A medida que avanza la recuperación económica, empiezan a aumentar los casos de rotación voluntaria, al tiempo que vuelve a desatarse una guerra por talento en cada vez más puestos y sectores de actividad.

Por tanto, la motivación de los empleados debería ser una de las principales prioridades de cualquier empresa.

 

Si decide diseñar un plan de motivación, tenga en cuenta los siguientes factores:

  • Respaldo directo y expreso de la dirección.
  • Fije unos objetivos bien definidos, un calendario de acciones y una revisión periódica de los resultados.
  • Motivación como valor corporativo. No es suficiente asegurar o predicar que la empresa apuesta por la motivación.
  • Materialice esa apuesta o compromiso en una serie de medidas y políticas que los empleados interioricen y hagan suyas.

 

  • “Motivación” no es sinónimo de “mayor salario”. El sueldo es un factor de motivación importante, pero ni es el único ni puede ser lo más determinante para un empleado. Piense que muchos trabajadores priorizan tener un mejor horario, o una buena política de conciliación; otros pueden preferir empresas que, a pesar de ofrecer el mismo salario, les ofrezcan retos profesionales atractivos, o una carrera profesional, o posibilidades de formación… Los salarios altos pueden ser motivadores a corto plazo, pero a medio y largo plazo pueden acabar siendo contraproducentes (por ejemplo, tener empleados no especialmente motivados e incluso desencantados con su puesto, pero que se mantienen en su puesto precisamente por ese sueldo elevado).
     

 

 

 

 

  • El papel de los mandos intermedios/superiores. Cualquier política de motivación debe tener en cuenta el papel que pueden y deben desempeñar los mandos intermedios y/o superiores. De nada sirve una política excelente de motivación si los empleados tienen que lidiar con jefes “tóxicos” o no se benefician de ninguna de las medidas de motivación que supuestamente tiene la empresa.
  • Motivación en función del puesto. Evite impulsar una política de motivación uniforme y homogénea sin tener en cuenta el tipo de puesto. Aunque puede haber medidas de motivación aplicables a toda la compañía y a todos los puestos, analice también qué políticas son, o no, más adecuadas en función del puesto o perfil profesional de cada empleado.


En definitiva, a la hora de acometer una política de motivación, tenga presente que ésta debe desarrollarse día a día y que debe involucrar a los mandos intermedios, superiores y a quienes tengan un equipo de empleados a su cargo, para que mantengan esa motivación en el tiempo, detecten cuándo un empleado puede estar desmotivado y actúen con los empleados que generan desmotivación en el resto de los trabajadores.